Si vemos un pequeño animal brincando por la selva, seguramente estaremos delante de una criatura llamada Kelbi, inofensivo a primera vista, pero que puede llegar a ser un obstáculo para la paciencia de cualquier cazador.
Los Kelbi son un claro reflejo de los ciervos: constan de cuatro patas, tienen una forma craneal idéntica y caminan brincando, pero a diferencia de estos, el Kelbi tiene largas y puntiagudas orejas caídas y una piel grisácea peculiar que se aclara por la parte inferior. Pero dado que se mueven con una increíble agilidad, difícilmente podremos fijarnos detenidamente en estos rasgos.
Avistaremos esta criatura en húmedas zonas como bosques o junglas, lugar que ha escogido como hábitat suyo, siempre abundante en agua y alimentos. Optan por ir en manadas de unos tres miembros, y no suelen molestarse por la presencia humana, ni por la de grandes monstruos. Si intenta defenderse será porque se ha sentido agredido, pero es muy inusual que pierda los estribos sin razón aparente.
Muy buscado por su hígado y cuernos, usados para la elaboración de la Poción Antigua; o la piel de alta calidad, un material suyo muy apreciado. El Kelbi, por su parte, es la presa principal del Nargacuga.
Cómo darle caza
Si queremos cazar a un Kelbi con fines materiales o simplemente para quitarlo del mapa, mejor ser rápidos y con buenos reflejos, porque su agilidad supera a cualquiera. Mientras brinca es difícil acertarle -aún teniendo una ballesta en mano-, pero lo tendremos todo de nuestra parte cuando decida parar. Eso si, mejor darse prisa, porque en cuestión de segundos volverá con lo suyo.
Sus cornadas y su vida no supondrán un problema, pero poned especial atención cuando un ataque nuestro le hace caer al suelo, dado que puede engañar al cazador y levantarse de nuevo.
Arma recomendada: Armas no lentas
